ERAS MAGIA, ERAS TÚ...
La intensidad de tú mirada,
fuego que envolvía nuestra piel;
el deseo que recorría mi boca,
eras tú, eras magia involuntaria.
El viaje me dio un par de horas,
pero el placer jamás se irá.
Marcaste mi alma y hoy todavía
entre mis sueños me provocas.
Me deleitaste con tú aroma,
con tú sudor y tus besos,
me hiciste adorar y desear
el placer de tú cuerpo.
Entre tus fugaces palabras
y el desliz de tus dedos;
era yo quien saboreaba
tú pecho y espalda.
E.M.E.