ESENCIA A PODREDUMBRE
Porque los golpes más duros de la vida te los propinan los seres más amados, en quienes más confías, por quienes idealizas las sonrisas. El desdén de una madre a la que tiene hastiada tú presencia, la incredulidad de una hija por verte exitosa, cuando ya te conoce de rodillas ante la derrota, la distancia de las personas más cercanas, son quienes marcan suspiros dolorosos en los momentos más inesperados, en ese tiempo en que más los necesitas. Que triste es saberte la sombra de tú casa, la amargura de la familia y es ahí cuando rezas a Dios todas las noches, para que te dote de virtudes a sus ojos ; sin lograr tocar ni una miga de su alma y te duermes abrazada con todas tus fuerzas al dolor que provocas por tú existencia, igual despiertas con el corazón hinchado de desprecio, por ser quien eres, por ser tú misma, por ser tú su peor ruina.
"Depresión" parase ser el diagnostico oficial, pero más exacto es decir que naciste para su vida arruinar, con el primer aliento de tú cuerpo, la maldición lograste desatar, pues ni es sus ojos profundos, ni en su boca alerta y mucho menos en sus pensamientos eres digna de entrar.
Que tristeza es saberte inútil en su mundo, en su espacio; que tristeza... es ser parte de su desencanto; te miran torpe, egoísta, fría, envidiosa, inhumana y cualquier adjetivo despreciable que a su frente aparezca y sin embargo ni el nudo enorme en la garganta, el vacío en el estómago, las lagrimas en los ojos, los gritos del silencio en los oídos son tortura suficiente para ser digna de su cariño, de su lealtad, pues hoy día y hasta el fin de los tiempos, el amor se paga, no sólo con monedas, sino con el anhelo de lo que jamás llegarás a ser...ya no suplico por ser inexistente, transparente u oculta, pues no esta en mis manos detener esta penosa historia, pero seguiré teniendo fe en abrazarme fuerte a la derrota, que me ha hundido en la oscuridad más remota, ahí crearé una guarida, un espacio secreto para el lamento, un lugar ligero para esconder cada uno de mis anhelos...
E.M.E.
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