jueves, 8 de mayo de 2014

ABISAL


ABISAL

Sombra tenue de inmensa tristeza,
devora mis sueños sin mayor pereza,
embate mi alma con toda certeza,
deseando llegue a ti, siendo la presa.

La fe enmudece y ensordece,
arrojándome a un fúnebre exilio,
vacuidad y olvido se abrazan en delirio,
jugando con mi muerte en un breve filo.

Un último aliento se escapa,
sollozando tras la derrota,
en el Aqueronte la vil infamia,
de haberse entregado en cuerpo y alma.

                                    

     E.M.E.

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