viernes, 18 de julio de 2014

PRÓLOGO DE UN JUICIO




PRÓLOGO DE UN JUICIO

La inconsistencia es el factor común del ser humano, eso que elegantemente llamamos "complejo", el pensamiento del hombre, es tan sólo un matiz de los muchos a los que estaremos expuestos en nuestra vida. Nos rodeamos de personas tan complejas como deseamos que lo sean, en ocasiones nuestros más profundos e íntimos trastornos nos orillan a la sociedad con personas alejadas de nuestra realidad, de pronto nos encontramos bebiendo una copa con un petulante macho alfa para conseguir algo tan superfluo como la aceptación del sexo opuesto; en otras prestamos oídos a personas que viajan detrás de nosotros con pasos inseguros, esperando clonar nuestra característica fortaleza y ser parte de un grupo, de cualquier grupo, sólo con la esperanza de pertenencia. 

En el mejor de los casos nos rodeamos de forma "selecta" por personas a fines, porque ya compartimos el título de algún libro, la bebida favorita, el gusto por el arte, situaciones familiares similares o simplemente el hecho de compartir el mismo espacio dentro de nuestro universo. Pocos se aventuran en compartir la vida con un ser neutral, tal vez esto se deba a que aún no existen, somos tan "complejos" que la balanza siempre se inclina por algún color en la política, alguna fe religiosa, un sentimiento por otro ser vivo, una ciencia o filosofía de vida y todo esto nos deja a merced de una cerrada etiqueta nombrada clasificación.

De acuerdo a la clasificación en la que nos ubiquemos será nuestro rol social y de ello dependerá que tan feliz me sienta cada mañana al despertar o al dormir después de un recuento y análisis profundo de las decisiones que marcaron ese día en específico.  Este ejercicio de introspección cada vez es menos común, pues por lo general pasamos por esta vida obviando situaciones y reacciones, creemos que por el simple hecho de respirar ya estoy contribuyendo a la herencia de la raza humana, pero lo cierto es que para dejar huella en este mundo se debe dar una fusión dentro de nosotros que al movernos... el mundo se mueva con nosotros. 

E.M.E,

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